antes

Me siento en una silla en el patio y es de noche. Hace frío. Mayo, claro. Te llamo y te hablo en voz bajita y me pongo contenta por vos. Por vos y por mí. Aunque hoy no puedas dibujar ningún plano porque te tiembla mucho la mano, el cuerpo, las tripas y el corazón. Prendo un cigarrillo y me dedico a mirar para arriba. En el cielo algunas lucecitas brillan. Son estrellas (claro). Y ahí está ella otra vez. Hermosa como ayer o tal vez un poco más. Sonrío en silencio( Mis sonrisas no tienen sonido) y la saludo. Buenas noches-.
Tarda pero me responde, risueña también, mi confidente, Buenas noches.
Ya lo sabe, hija de puta. Ya lo sabe. Se lo contó alguien en secreto mientras yo soñaba. Tal vez fui yo, pero no recuerdo. Ya lo sabe. Jaja Y bueno… Hoy estoy diferente. Lo siento. Se escapó una paloma blanca de mi cerebro hace unos días. Una revolución sin antorchas en mis neuronas ha provocado un cambio y acá estoy. Volví para contarte, pero ya lo sabes… Ahora te escucho.
Pero claro, ingenua, las lunas no hablan ( si, yo supongo que lunas hay millones). Que hojas secas hay miles de millones y todas, todas, todas juntas cayeron hace unos días sobre mi cuerpo. Dejaste de vomitar flores y ahora caen hojas secas sobre mi cuerpo desnudo que reposa en la vereda mientras tanto. Solo mientras tanto…Y ahora no hables, y ahora ya no tengo tiempo para escucharte. Y ahora….ahora…qué palabra mas efímera (mas efímera que mis ganas de abrazarte, más te digo.). Dije que no. Que no creo en las coincidencias ni en los finales felices. Que creo en demasiadas pocas cosas. La credulidad no es lo mío. En todo caso es de spinetta. Un temón- diría Noly, que seguro no lo escuchó nunca.
Con vergüenza agarro mi micrófono y “se solicita a la señorita mercedes soriano aparecer por algún lado, en cualquier caja, con o sin cambio, con el código de barra de la manteca o con las manos vacías, llenas de perros”- Eso, que son un trípode con cuatro patas, porque falta el rengo que se ríe del pobrecito que le falta una pierna, el afiebrado que delira y me pide una abuela y un guiso y yo no puedo, “tengo que esperar que venga el de speedy, ya va, ya va…y se duerme y lo tapo, y la fiebre sube, y hacemos una fiesta de virus y bacterias y me enfermas, me enfermaste y ahora tengo mocos, y no puedo respirar, y me siento mal, casi tan mal como te sentiste vos hace unas horas cuando me pedíste a gritos un abrazo y que te tapara y yo me acerqué y te tapé y te di un beso, y me contagié. Y ahora estoy enferma. Como siempre. O un poquitito más-