No es

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domingo, 10 de julio de 2011

no se puede vivir del amor


En un momento tuve mucha sed, senti mi garganta como el caparazón de una tortuga. Tragué, mientras vos mirabas el tatuaje nuevo en mi muñeca. Nunca supe lo que estabas pensando porque estabas dada vuelta. La chica que estaba del otro costado fumando un cigarrillo, vio como mis ojos se llenaban de lágrimas, como una molestia gris iba apoderándose de mi cara. Alguien pasó caminando rápidamente camino al trabajo y miró por la ventana. Se enamoró de mi pero nunca lo dijo. Después llegó a la casa y le contó a su mejor amigo que había visto a la chica más hermosa del mundo limpiándose los mocos en un bar.
En un momento tuve muchas ganas de estornudar, miré la luz y mi nariz comenzó a latir. Como un volcán a punto de estallar, suspiré para largar todo y algo me distrajo. Vos ibas al baño y tiraste mi campera de la silla. Me dijiste perdón y en ese mismo momento mis mocos volaron por el aire como una bomba nuclear.
Te gustaba verme así tan enferma, y a la vez, la sensación de ternura te invadía los cachetes. Odio cuando los gestos no se condicen con las palabras. Decilo, te calentaba y punto. Me odió en el mismo instante que pasé mi mano por mi boca limpiándome las migas de la medialuna. Ojalá que todas te hagan mal, ojalá que te vuelvas loca y no te suelten más, ojalá que la sonrisa se te caiga de la boca, ojalá que tus ojos dejen de brillar tanto cuando miras y ves. Ojalá que pierdas el ritmo y la voz. Ojalá que no puedas cantar más, asi. Ojalá que dejes de pasarla tan bien y que tu vida deje de tener tantos puntos de giro. Odio esto que es todo tan chato. Quiero ser un rato ella para ver como ve.
Me vio levantarme tan lentamente que tuvo ganas de pegarme. Esperó a que saliera. Una vez en la esquina, se paró detrás de mi mientras esperábamos el semáforo. Me preguntó si tenía cambio de diez pesos y yo le di dos billetes de cinco. Caminamos hasta corrientes y medrano casi al mismo ritmo. Ella tuvo muchas ganas de agarrarme de la mano. Cuando iba a meterme en la boca del subte , ella me miró y me dijo, bueno, soy Olivia, un gusto. Nunca más volvimos a vernos.Yo sé que fui el gran amor de su vida.