El amor se huele en la piel, en la ropa, en el pelo. El amor se huele en la cara, en las bocas. Se huele la baba, el sexo. Se huele otro cuerpo, se huele la mezcla. Se huele, ¿sabías? Se huele. Al igual que la mentira, tengo patas cortas. Soy básicamente impulsiva, contradictoria, escucho la música muy fuerte, y antes que todos, estoy yo. Vos y vos y vos y vos, si, están detrás de mi. Es mi mejor manera de ser. Es mi manera más auténtica. Me cago en aquellos que se ponen en el lugar del otro, porque eso es otra manera de ponerse primero a uno. Yo no me hago lo que no me gusta que me hagan. Yo respeto hasta que me canso. Yo tolero hasta un tope. Después me agarra esa filosofía maldita de la muerte y hago desastres. La locura es como morirse un poco sabes. Es como irse de viaje a otro mundo y cuando volvés ya nada es lo mismo. Ya no mirás de la misma manera, no escuchas de la misma manera, no lees de la misma manera, no amas de la misma manera. Después de eso todo cambia. Cambia el mundo, cambia el conocimiento, cambia la manera de pensar. Vos estás escuchando lo que decis? No sería mejor quedarte callada?
Yo también estoy aprendiendo. Y no me creo demasiado especial, sólo que me creo.
Me gusta escucharme, me gusta verme, la verdad es que me gusto y soy feliz así. Lo del amor es como en las películas. Va y viene. empieza y termina. Es básicamente un condimento más de todo esto que es la vida. Y a la vez es el condimento que le da sabor. La vida sin amor es como comer sin sal. Es como ir al colegio sin bombacha. Es como hacer un guiso sin salsa de tomate. Eso pasa sabes? Quizás de esta manera seamos todos un poco más felices. Mi ex me dijo hace unos meses, que no iba a encontrar aquello que tanto buscaba, si no soltaba lo que estaba teniendo. Mi enano fachista decidió soltar algo que ni siquiera tenía. Y así es la vida, como las ex o como las madres, siempre sabia.
Tok tok, golpean a la puerta. Bienvenido, bienvenido amor.
