No es

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lunes, 20 de junio de 2011

luz, cámara, acción.




Haces una cara, una mueca que me encanta. Es como una melancolía dulce, deliciosa. Ponés los ojos en un foco extraño, como mirando hacia un abajo muy profundo. Creo que sabés de mi eterna locura triste, porque quizás comprendés aquello que todavia yo no. Podés ver más allá, a pesar de todas las máscaras que algún día te creaste. Y esperás una respuesta corta y clara mientras me retas porque prendo mi tercer cigarrillo. Lo mío fue, es y será, bastante chatarra. Esto que escribo. Un intento de poesía barata transformado en diario adolescente. Lo lamento hermosa, lo lamento en el alma. Estoy muy lejos de ser una luz, pero puedo escuchar el sonido del viento mientras ella me agarra de la mano. El mar tiene ruido a viento. Ese viento que te barre las pelusas de las vidas pasadas y te deja con ganas de empezar otra vez desde el presente. El viento, antes de ayer, nunca había sido tan hermoso. Me retenes en tus pupilas todo el tiempo que dura tu viaje, y me seguis viendo donde yo ya no estoy. Somos dos mundos estrellando en un big bang, somos hormonas haciendo pogo en un recital de ska, somos meteoritos que se apuntan, gatos que se enamoran, somos volcanes en erupción, somos canelones de verdura con salsa blanca y tuco recién sacados del horno. ¿Qué pasa ahora que la única opción posible para no dañarme es huir al más allá? HUIR, ahora o nunca. Vamos a mil. Vamos sin casco. Vamos directo a la rampa para salir volando. Hacemos trampa en el juego y nos elegimos una y otra vez ante esas dudas de mierda. ¿ Y si nos hacemos mal? ¿ Y si no es? ¿ Y si...nos dejamos de joder? Es cierto que ahora cada momento de mi vida quiero compartirlo con vos. Sos ajena. Sos ajena a esto. A esto que surge y me brota. Como yo soy ajena a tus placeres cuando lo que haces te gusta tanto. De repente prendés la luz porque yo me vine a mi mundo como diciendo " acá estoy" " me aburro" Y yo pienso, que claro, que si. Que sin embargo sigo comiendome la cabeza. Que nunca sé como terminar mis historias. Y tampoco sé cómo comenzarlas. Si, no, no sé. Quizás...