No es
https://www.yumpu.com/it/document/embed/IFXLhdCHuycQhzKj
jueves, 10 de marzo de 2011
no sabrìa decirte, creo que fueron sus ojos, su mirada impune que me desnudaba lentamente, su mirada profunda y penetrante que me desnudaba sobre la mesa,ahi, delante de su madre que comìa callada, delante de todo el mundo. O quizas sus manos, chiquitas pero a la vez poderosas, las movìa como si supiera que yo la estaba mirando, dibujaba circulos con los dedos como si estuviera sobre mis tetas, y ella lo sabìa, y me miraba como si no pasara nada , y en realidad, no pasaba nada. Era su energìa arrolladora y su silencio tan silencioso, tan absolutamente sexual y poderoso, y su sonrisa macabra, su estùpida sonrisa hermosa que no me dejaba pensar en otra cosa. Y su puta indiferencia, su poca bola, sus caricias repartidas para todos, poco mìas, creo que era eso. La sentì ajena,y quise tenerla, quise encerrarla para siempre en mi cajoncito de la mesa de luz, quise que no se fuera nunca, que no me dejara. Que no me soltaran sus brazos, que no dejaran de mirarme sus ojos, querìa tocar su pelo por las noches, acariciarle la espalda. Creo que fue eso, quizas, su espalda tan sensible, còmo se retorcìa cuando yo pasaba mi dedo por su columna, como si de eso se tratara todo. Solo pasarle un dedo por la espalda para tenerla estremecida contra mi cuerpo, y la sonrisa se le dibujaba en la cara como pidiendo màs y a la vez yo sabìa que estaba sufriendo. Como sufre una planta por alcanzar la ultima gota que quedò tan abajo, estirando las raìces con todas sus fuerzas sabiendo que es imposible llegar, sabiendo que asi no se puede sobrevivir mucho tiempo. Ella se movìa sabiendo que no iba a sobrevivir asi, que eso era suficiente y a la vez tan poco, y estiraba el momento para eternizarlo, para hacerlo perdurar como en una caja de cristal sabiendo que eso estaba pasando ahì, sòlo en ese momento y que tenìa que disfrutarlo. Disfrutarlo todo. Quizas fue eso, puede ser, ahora que lo pienso, su capacidad de disfrutar todos los momentos, todas las preguntas, todas las respuestas, todos los gestos, como si todos fuesen los ultimos. Quizas ella sabìa que iban a ser los ùltimos, o quizas no. Los hacìa ùnicos, me hacìa sentir ùnica. Eso era. Me hacìa sentir especial. Nunca nadie me habìa hecho sentir asì.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)