Y por más que compre tres latas de clavos y me meta en la cabeza que el amor no existe, espero ansiosa que un día te aparezcas casi tan de repente como lo hiciste la primera vez que te vi. Espero con la vorágine del mundo, junto a las cosas que no van a suceder si esperamos tan hambrientos que sucedan, ver tu cara y sus brazos en toda la gente que me roza, que me toca sin pensarme. Y sé distraidamente que vos en una de esas tampoco lo haces. Eso del amor se te acabó, se trasladó a otro vestido, a otro tatuaje en la faringe que no dice te amo con el amor circulando por la sangre del océano. Te confirmo sin palabras que tal vez esta es la mejor manera de avivar el fuego que hoy es solo polvo porque ya ni cenizas quedan. (Y yo que me quemo tan facil...) Que las llamas corren cada vez que alguien sin querer repite tu nombre entero. Por la bronca y por la felicidad que duró tanto tiempo y tan poco. Y te busco, si. Te busco en las palabras que digo y que callo. Te busco en mis huesos, es mis manos, en los recuerdos que tienen mis amigos de vos,en las cosas que hago mal. Te busco sin encontrarte como en los libros que no leo. En los que alguna vez nombraste pensando que yo no te escuchaba. Y te encuentro, si. En todos lados. En mi ropa y en mis canciones que no canto. Un lunes. Un septiembre de color verde azulado y amarillo patito. Un cuerpo extraño que llora y no conozco y acá estás otra vez, mientras bailo descontrolada porque no estás, no estás acá ni allá. Ni siquiera para odiarme. Y yo cumplo con mis promesas de escaparme bien lejos. Bien lejos de vos y de mi. Para comprobar por tercera o cuarta vez que los problemas se trasladan con uno por más viajes que uno haga. Y es necesario. Casi como una operación de vida o muerte. Escaparme del vacio que me dejo el mundo. Escaparme del mundo que me dejó vacia. Porque venis conmigo a mi nueva soledad un poco más alla. Para que te vengas vos, un poco más acá. Mas cerca del silencio encerrado en mis pensamientos post-borrachera. Aunque no deje de tener 18 años y ser lo que alguna vez soñaste. Porque de verdad, te di todo lo que pude y no todo lo que quise. Tal vez para que comprendas que las cosas no eran tan faciles y que por algo dejé pasar el tiempo que hoy borra todo lo que me queda. Y al fin y al cabo seguimos siendo cuerpos que se rechazan. No sé si sos vos, tal vez me busco a mi en tus recuerdos. Quizas esté buscando revivir mis mejores momentos que guardás en un estante de tu placard. Todo sigue siendo tan verde, tan verde. Y un domingo es ideal para desatar nudos y cerrar puertas. Todo lo hacemos para y por alguien. Juro que esto lo hago por mí. Como si fuese una carta de despedida, te digo la frase que te dije siempre. Perdón y Gracias. Por nada y por todo. Había dicho para siempre y no me arrepiento. Ahora no te digo hasta mañana, ni hasta luego ni hasta. Hoy te digo hasta otro momento, cuando mis manos dejen de destruir para empezar a crear, hasta que los muros se caigan, o hasta que vengas a destruirlos de nuevo para volver a unirme. Pobres son aquellos que no conocen la soledad entera del alma. No sé como sacarte de mis ganas. No sé nada y no es lo único que sé. "Odias ser obvia"- Si. También. De cualquier lado se puede ver. Desde diferentes puntos de vista, las historias cambian. La nuestra solo la conozco yo, y creo que vos. Hoy te digo hasta todo el tiempo. Porque sé algunas cosas y con eso me basta. Sé que lo que viene siempre va a ser mejor porque va a ser diferente. Sé que el pasado siempre va a ser mejor que lo que estamos viviendo ahora. Sé que las historias que no tienen final siguen en la imaginación. Y la imaginación siempre está....acá. Y los amigos también. Gracias a mis amigos por ser y estar.
Nada es para siempre.
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