Voy a dibujar el camino hasta tu casa en mi remera. Voy a cerrar los ojos la primera vez que te vea. No me voy a arrepentir de mi vergüenza, de mi coraje ante cajas de cartón llenas de fotos eliminadas de las paredes. Vos te vas a arrepentir del sol en mi ventana, de mi cuerpo desnudo que se cree moribundo un domingo de resaca. Vas a crear mis manos en tu cama, la primavera vacía de mis besos, el sudor de un agosto que te corre por los huesos. Ese libro y el viento caliente de hoy. Después la lluvia. Y siempre que llovió paró. Nunca te podría decir que no. NO. La mujer rota.
(Y yo recién estoy cayendo...)
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