No es

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jueves, 19 de mayo de 2011

tenian razòn mis amantes en eso de que antes el malo era yo...


no sè si fueron los astros, las nubes, los colores celestiales, las energìas encontradas, las señales, la necesidad, las cosas atrapadas
no sè què fue que la cubriò un dìa de oro, le cubriò los ojos y las manos
y luego, fue bajando el amarillo brillante hasta sus pies, hasta sus rastros y su aliento
no sè què fue, que la cubriò toda, como a una estatua de un pròcer, y se elevò como hace un colibrì sin esfuerzo, hacia arriba, bien arriba donde casi nadie llega, donde yo creìa que llegaba, donde quizas en algun momento creì que iba a quedarme para siempre.
no sè què fue, y hoy liliana me lo dijo. Empezamos hablando de un sueño, de un solo sueño que me acuerdo por semana, del màs significativo sueño que quiero contàrmelo, que quiero escucharlo de mi boca, que quiero analizarlo para mi sabiendo que ahi estoy yo, y nadie màs que yo, hablando conmigo, haciendo que hablo con ella, pero en frente me veo, tengo un espejo, y me analizo. Para eso es el psicoanàlisis no? Para analizar la psiquis. Yeah! Hoy fue una sesiòn casi màgica, fue la primera vez que me volvì a mi casa en absoluto silencio, contemplando las ideas que se iban pegando unas con otras a medida que pasaba de cuadra, que daba un paso, dos pasos. Y asi fue, que despuès de mucho tiempo, la muchacha de oro se fue deshaciendo, lentamente, como si de cenizas se tratara. Primero fueron los ojos, las cejas, sus pàrpados que cayeron junto a mis borcegos nuevos. Luego su pelo, su cara, un brazo. Y yo la miraba, miraba como se desmoronaba lentamente, parte por parte, sabiendo que ningùn movimiento que yo hiciera iba a frenar ese terremoto destructivo, porque claramente ella tenìa ganas de deshacerse, de mostrarme que el oro era màs soluble que el agua, que era una construcciòn sin vigas, sin techos, sin revestimientos, que era una construcciòn de lo màs precaria y por afuera le habìa chorreado el oro.Como esos anillos que te dejan los dedos negros... Sentì la estafa en todo mi cuerpo y tuve que mirar hacia abajo. Y asi continuaron cayendo las partes, el otro brazo y luego el torso, hasta que quedaron sus piernas, sus hermosas piernas. No tuve ni ganas de despedirme, dejè que se marcharan de la misma manera en la que habìan llegado. De repente a mi lado habìa una montaña de nada, y tuve que soplar, tuve que soplar muy fuerte para que se fuera, y ya. Se fue. " Quizàs sea hora de que empieces a fijarte en las cosas que guardàs por guardar...y empieces a descartar" ( Claro que si, màs ahora que me estoy mudando y en la casa nueva sòlo entra lo necesario)

Adios muchachita de oro, quedaràs en la caja de cartòn hasta una pròxima mudanza-

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