No es
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martes, 16 de octubre de 2007
siempre estoy acá
Se trata de empezar a buscar desde atrás hacia delante. Primero debajo de la cama y luego encima de la heladera. En alguna parte dejamos los pies descansar. El corazón por definición, no se guarda en esas cajas ( y menos en el inodoro junto con almoneda de 25 centavos que jamás flotó).Se trata tal vez de gritarlo con el cuerpo, de hacer que las mariposas se vuelvan de color blanco y negro, de color sin color, de un cigarrillo que va más allá de mi y de vos. Sucede, obviamente cuando llueve. Cuando el domingo vuelve a aparecer en la semana y hoy que recién es viernes y no estoy enamorada. (Eso dice, claro). Con el boton del pantalón sensualmente desabrochado y el pelo desprolijo, con la leve convicción de que la gente simplemente viene y va y a veces se queda. Que soy lo mejor del mundo pero ahora me miro de lejos y me extraño. Casi tanto como uno extraña a su almohada cuando se va de viaje en carpa. Que la inspiración la deposito en otra parte y que mi espalda pide a gritos a un elefante que me pise o a un oriental que simplemente me torture. Con el televisor apagado y el cerebro encendido, sobre todo cuando cierro los ojos y hago que duermo, cuando aparece Florencia tomando nota de lo que dije hace ya casi un año, hace ya casi dos años. Hace ya casi mucho tiempo. Y volvemos a eso. ¿Cuánto tiempo hace de todo eso que me lastimaba?¿Cuánto tiempo hace que dejó de doler y empezó a sanar? ¿ Cuánto quedó de vacío y cuánto estoy llenando? Con esas cosas que a veces uno pasa por arriba. El charco que te moja los pantalones claritos, el placard lleno de papas y batatas y no de tomates. Cuánto hace de la ensalada los domingos al mediodía con resaca. Cuánto hace que dejé de odiar y empecé a entender. Que las cosas no suceden porque sí. Que siempre suceden por algo. Por algo que le damos al destino para que “sucedan”, que creamos sabiendo y no inconscientemente. A todo eso que llamamos casualidades o coincidencias y vos sabes, tenés la certeza irrefutable de que fui, y de que soy, no sé si lo mejor, no sé si lo peor, pero seguro lo mas extraño que te sucedió hasta ahora y hasta siempre. Porque todavía soñas con encontrarme mientras alimento mi ego cruzando la calle y mirando hacia el cielo. Esperando que caigas otra vez en mis brazos porque sabés que fuiste y que sos, no sé si lo peor, no sé si lo mejor pero seguro lo más terrible que me sucedió hasta ahora y hasta siempre. Y miento, a veces. Miento bastante .Y digo que no. La mayoría de las veces digo que no, con ese tono suave que simula tanto. Y vos me crees y te das media vuelta para empezar a buscarme desde adelante hacia atrás. Primero por encima de la heladera y luego por debajo de la cama. Y yo acá estoy. Siempre estoy acá.
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