nos miramos tan fijo
que los ojos se pusieron negros
que agarraste mi mano
con tanta fuerza
que casi casi me la arrancás
y ahi fue, cuando después de un par de lágrimas
te conté de mi secreto loco
y vos casi queriendo tomar
un millón de pastillas
me contaste de tu dolor eterno
de tus ganas de arrancar la tierra con la boca
para desprender sus manos de las raices
de tus miedos y tus broncas
de la soledad con olor a vaso de agua
y de repente estabamos las dos
tan pero tan lejos
que quisimos salir corriendo para abrazarnos
para abrazarnos en la infancia
cuando mi mamá me dejaba sola y tu papá desaparecía
para abrazarnos a los cinco y a los doce
cuando el mundo parece que se va a caer sobre nuestras cabezas
para besar tu cuerpo de adolescente
pero besarlo con cuidado
quise salir corriendo para cuidarte a los trece
de todas las cosas que escuchabas detrás de las puertas
quise abrazarte tan fuerte que casi me muero asfixiada por un nylon lleno de agua
mientras vos seguro llorabas por los rincones
esa soledad que se desprende de los ojos
quisimos salir corriendo para encontrarnos antes
y decirnos que nunca nos ibamos a dejar solas
quise correr hasta encontrarte, recién nacida y acariciarte la mano
decirte al oído, te encuentro más tarde
para volver a verte a los veinte, un poco más grande
y mirarte hasta que me entiendas
que ya nos conocíamos de mucho antes
que yo soy yo, la que tanto tardé en encontrarme
y que vos sos, la que tanto tardaste en buscarte
que ya estamos acá, otra vez
y que esta vez es para siempre
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