Ya no sabían cómo tocarse sin hacerse mal. Las piernas enredadas, los pelos, un solo pelo. Las manos violentas, de acá para allá,de arriiba a abajo, la saliva homogénea, las pieles mutando, las sábanas volando por la ventana, los rayos de sol asomándose por la persiana. Ella sabe que la calma es la soledad pero sin embargo le cuesta. Las manos con escamas acarician el cielo mientras los "perdon" dejan de tener acentos y se disuelven en el aire. No hay tiempo para nada. El tren pasó frente a sus ojos sin que se diera cuenta y la reaccion tardía....el humo...el humo.
Solo vio el humo.
A veces pasa
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