Me duele darme cuenta. Día a día, con comentarios, con cosas que me pasan. Es triste verdaderamente...Si antes me creía cebolla, llena de capas, y de capas y de capas, ahora no. Ahora todo cambió. Me saqué el armatoste de metal que tenía encima, me deshice de mi escudo, de mi máscara, me deshice de casi todo. Es triste. Es triste...
Ya no soy cebolla y tampoco caracol...soy una mezcla de marciano y de anciana, pero tampoco. Me cuesta decirlo, admitirlo, pero es tan evidente- Nada sirve. El destino está escrito en una hoja enterrada en el fondo del mar. Nada de lo que hagamos puede cambiarlo. De chiquita soñaba con este momento...de chiquita tenía las cosas más claras que ahora, claro. Tomo un poco de aire y suspiro. Pienso en el ruido que hace mi cabeza, me pide a gritos auxilio. Mi cabeza....ah dios, mi cabeza. Basta. Basta. Basta. Ya lo sé. No me tortures más, ya lo sé. No soy más cebolla, ni paloma, ni caracol, ni persona, no soy nada de todo eso, ya no soy verde, ya no soy yo, ya no soy lo que era antes ni lo que quería ser. Quiero mi título. Hace un par de meses lo vengo reclamando ...
Otorgamos el título a la señorita ex julieta Mantovani, con aplausos y felicitaciones. Bravo Bravo...
Ahora soy una piedra.
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