flores sobre tu piel

Te vi rascando la tierra, en cuclillas
en busca de tu pasado
Y me dieron ganas de tomarte de los pelos
de golpearte fuerte
y abrazarte
Te vi tan dèbil convertida en tu propio superheroe
que me dieron ganas
de cortarte la capa en pedacitos
para que pudieras verte la cara
Estabas ahi sentada
esperando que todo pasara de pronto
y los minutos tardaban
màs de medio siglo en dar una sola vuelta
Los gusanos se retorcìan bajo tus piernas
y un mosquitò te picò donde nunca pudiste rascarte
Cerraste los ojos para no verme por mucho tiempo
y diste mil pasos a mi lado tratando de enviar señales
Nunca me di cuenta.
Usaste tu magia para sentirlo especial,
humano inmundamente normal, es ahora cuando te detesto
Por convertirte en mi deseo màs grande, en mi compañero eterno
por sacarme lo mejor y robartelo como un ladròn descarado
Yo espero ver tu sonrisa nueva bajo un manto de humo blanco
Que te extiendo mi mano todo lo que pueda, cruzando todas las anchas avenidas
Memorizando tus canciones favoritas para sorprenderte
Y no espero con ansias porque la historia ya la conozco
Es como en esa pelìcula donde dicen que tengo que lastimarte para que aprendas
que es eso lo que necesitas
Aunque yo no tenga ya màs ganas de hacer daño
aunque yo solo quiera, lamentablemente, hacerte mucho bien
acariciarte la cabeza, oliendo tus ojos
diciendote que tu vestido es el màs hermoso
que alguna vez vi sobre esta puta tierra.

Randommmmmm

El sol brillaba como en un desierto, sus pies llenos de cayos parecìan camellos. Habìa caminado por horas sabiendo que no querìa llegar a ninguna parte y sin embargo una canciòn de Nelly Furtado la ponìa sensible. Tal vez entendìa que eso era señal de que algo raro estaba sucediendo en su cabeza, pero nada, como siempre,respirò profundo y no le dio ni bola. Al parecer las señales no significaban demasiado para ella. Es mejor poner Shuffle o Random y dejar que la mùsica haga y deshaga a su manera. Uno de los sentimientos que podìa identificar no le agradaba demasiado. Còmo cortarle el rostro a una persona sin herir sus egosentimientos. Còmo decirle que no. Simplemente eso, que no. Para què empezar algo sabiendo que todo ya habìa terminado. Y aparecìa calle 13 cantando esa canciòn para mover las caderas que la descolocaba de su melancolìa inventada.
Al anochecer decidiò separar la ropa por colores, aquella que usaba y esa que habìa guardado por años para una ocasion especial que obviamente nunca habìa ocurrido ni iba a ocurrir. A esta altura los sueños colgaban de las paredes. Kylie minogue la hizo sentir en un desfile de modelos por un segundo y se sintiò algo desconchada. Tanta mùsica en una misma cabeza. Cuàntas variedades. Cuàntos universos. Cuànto, cuànto. Las ideas seguìan retorcidas y Amalia otra vez quiso tomar mate. Decidiò entonces hacer una fogata para calentar la pava, mientras Charly Garcìa le cantaba al oìdo. En el cantero de su casa creciò un pàjaro con alas doradas y la canciòn se cambiò sin querer. Sonò Pereza y una sonrisa se acomodò en su cara. " Todo , todo, todo, todo, yo quiero contigo todo"...y si, se acordò de cuàn sola estaba. ¿ Y sus amigos? Amalia se puso Gris, ese color de mierda que tanto detestaba, que no era negro ni rojo, que estaba tan en el medio, que le quedaba tan bien en invierno cuando no transpiraba y tan mal en verano cuando las gotas se marcaban en forma de disco debajo de su axila. Y de toque apretò la flecha para cambiar de sintonìa, para ver que le deparaba el destino musical, y sonò The Gossip con tanta fuerza que empezò a mover la cabeza como en un recital de Metallica. Guardò las ideas en la canasta junto con la ropa para regalar, el pàjaro y la fogata para calentar la pava. Quiso ofrecerlo todo junto pero no supo còmo. ¿ Quièn iba a querer una canasta llena de ropa, una fogata y un pàjaro dorado? Y si, claramente. Juan.
Juan apareciò en su casa a las cuatro de la tarde como por arte de magia. Llegò acompañado de sus pelos violetas y las piernas marcadas por la vida.
Juan sonriò cuando Amalia abriò la puerta. " Hola linda, ¿còmo estàs? - dijo-.
Amalia entonces se sacò los auriculares y sintiò el ruido del silencio, mirò a Juan, acariciò suavemente sus rulos con la mano izquierda y dijo: " Hola hermoso, gracias por venir, no sè què concha hacer"